22 de agosto de 2010

"Aquí se mira pero no se toca": El Archivo del Parlamento de Canarias en La Opinión. es de Tenerife

Aquí se mira pero no se toca

La zona B del Parlamento de Canarias es fría, no soporta que la manipulen y no le gusta la luz del sol. Tampoco es que tenga más opciones; debe mantener el tipo si quiere seguir siendo la zona B, la solitaria, imperturbable y algo misántropa zona B. Ajena al tránsito y al ruido, se encuentra a varios metros bajo tierra, en un lugar al que muy pocas personas tienen acceso libre y donde se guardan documentos tan importantes como la orden de convocatoria del primer Parlamento Provisional de Canarias, que tuvo lugar el 21 de diciembre de 1982, hace casi 28 años ya. Pero hay más, muchos más, miles y miles de documentos más en esa zona, la del Archivo de Gestión Parlamentaria.

El diputado Esteban Bethencourt Gámez, declara bajo juramento o promesa que sus circunstancias personales en relación con el examen de incompatibilidades previsto en el Reglamento del Congreso de los Diputados son las siguientes: Profesor de EGB y alcalde del Ayuntamiento de Valle Gran Rey (La Gomera). Esto es un extracto de la ficha que Bethencourt Gámez rellenó el 21 de diciembre de 1982, cuando se constituyó el Parlamento Provisional de Canarias. Es el registro de entrada número 50 y está bien guardado en el Archivo de la Cámara regional.
Junto a esta ficha también están las de todos los diputados que tuvieron el honor de constituir no sólo el primer Parlamento, sino también los primeros grupos parlamentarios, además de elegir al presidente del Gobierno Provisional de Canarias. Todos los expedientes relativos a aquel 21 de diciembre están archivados en el sótano 2 de la sede de la Cámara regional, en la calle Teowaldo Power de Santa Cruz de Tenerife. Casi tres décadas después, 22 armarios metálicos guardan los documentos que dan fe de la gestión parlamentaria desde la I hasta la VI Legislatura.
Daniel Tejera, uno de los funcionarios al cuidado del Archivo del Parlamento, explica que con el paso del tiempo las legislaturas han ido aumentando su actividad y, por lo tanto, han ido necesitando más y más espacio. Mientras la II Legislatura sólo ocupa dos armarios, la V abarca cinco y la VI necesitó hasta ocho.
En cuanto a la actual, Tejera no sabe decir cuántos de los enormes archivadores metálicos habrá que habilitar. Para eso hay que esperar a que termine. Sólo entonces, con tranquilidad y mucha paciencia, el equipo del Archivo deberá ver los expedientes uno por uno para comprobar que no falta ninguno y luego colocarlos en orden. "Es mucha responsabilidad", asegura la jefa del Servicio de Documentación, Biblioteca y Archivo del Parlamento, Araceli González.
Entre los documentos del sótano 2 también destaca la primera interpelación que hubo en el Parlamento y que la abanderó Oswaldo Brito González, el 14 de junio de 1983. Este diputado del Grupo Parlamentario de Izquierda Canaria interpeló al Gobierno para debatir sobre la necesidad de más infraestructuras judiciales que tenía entonces la Comunidad Autónoma. Esta iniciativa, con el registro de entrada número 457, fue discutida en el pleno del 26 de octubre de ese año bajo la presidencia parlamentaria de Pedro Guerra Cabrera. Ese día fijaron sus posiciones, entre otros, Alonso Trujillo Trujillo (PSOE), Francisco José Manrique de Lara y Llarena (Alianza Popular) y Lorenzo Olarte Cullén (CDS).
"Aquí, en el Archivo, sólo están los expedientes puros y duros, en su actos mínimos", de la actividad parlamentaria, explica Araceli González. Para saber, por ejemplo, el desarrollo completo de un pleno y qué dijeron sus señorías hay que consultar los diarios de sesiones, a disposición de los ciudadanos en la página web de la Cámara regional.
El Archivo no es de acceso libre. Hay que pedir permiso y justificar el interés por alguno de los documentos. El día en que los documentos estén digitalizados, un proceso ya en marcha, será más fácil para cualquier ciudadano poder verlos y utilizarlos. Sin embargo, hasta ese momento, sólo los investigadores y algún estudiante solicita permiso de vez en cuando. Y cuando lo hacen, ni siquiera les está permitido bajar al Archivo, sino que un funcionario se encarga de llevar aquellos expedientes por los que se interesan hasta una sala habilitada en el Parlamento para que puedan estudiarlos.
El Archivo es un espacio con coto permanente. Sólo campan a sus anchas los armarios metálicos llenos de cajas de cartón con miles de documentos dentro. También el aire acondicionado reina en esa sala para mantener la temperatura lo suficientemente baja como para lograr la adecuada conservación del papel. Pocos muebles más hay allí, a parte de un pequeña mesa y dos deshumidificadores.
También hay un poema que cuelga de una pared, escrito por el jefe del Archivo, Ángel Benítez. Algunos de sus versos rezan así: Bajo los cimientos bulliciosos de la gente, trajín de acontecimientos que graba el papiro, letargo que acompasa su rito en la custodia, tumba y remanso, tinta y gloria del preservar.
Enlace: http://www.laopinion.es/canarias/2010/08/22/mira-toca/300342.html

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